RODOLFO WALSH: “YA NO ME CALLO MÁS”
POR RELATO DEL SUR. En un 24 de marzo que se resignifica por voces negacionistas, una aproximación a Rodolfo Walsh. Un escritor que asumió el compromiso de su tiempo.

“Los Hechos de estos días son los que importan. Pero más que escribirlos hay que producirlos”. (Walsh, R. Ese Hombre y Otros Papeles Personales. Pág.139).
1. Ese Hombre.
Club de Ajedrez, calle 6 y 54. Un cielo celeste y límpido de primavera lo cubre todo. Cruza pensativo la Plaza San Martín tras una de sus tantas partidas, un hombre hijo de inmigrantes irlandeses. La tarde es tibia, lleva camisa y porta el saco en la mano.Tiene 29 años y estudia la carrera de Letras, además de ser aficionado a la Filosofía. Está casado con Elina Tejerina, y por las noches se lo puede encontrar en la calle 50 entre 7 y 8. En el Bar Rivadavia conversa sobre Nietzche, Kant o Perón, con la misma pasión que juega al ajedrez. Rodolfo Jorge Walsh nació en Choele-Choel- Río Negro-, y el 9 de 1927-. Lector atento de todos los libros que caían en sus manos; además de practicar los más diversos oficios, obrero, limpiavidrios y administrativo en un frigorífico. Este hombre no solo criticó a la Junta Militar, sino que, en un acto de valentía y honestidad intelectual en sus últimos meses de vida pronuncia en una serie de escritos los errores, a su entender de la cúpula de Montoneros, la organización armada de la izquierda peronista. Aquí, humildemente ofrecemos alguno de sus pareceres.
2. Ya no me callo más.
La violación a los derechos humanos, ya estaba vigente, escribe el 13 de abril de 1972, “Abril se volvió de golpe tempestuoso.
Con más fuerza que antes percibimos que había una guerra, que esa guerra podía alcanzarnos, que alcanzaba ya a gente que conocíamos”.
Un compañero ha caído preso, y está tirado en un pasillo con las manos esposados en la nuca. Y dice “destrozado”, en la comisaría lo han torturado. Ya puede verse las orejas al lobo, las prácticas de anulación del otro, sistematizadas por la dictadura cívico-militar de 1976.
Es en sus últimos meses de vida, que militando y siendo testigo de la pérdida de su hija, y amigos decide ejercer la crítica con la organización armada de la izquierda peronista, Montoneros. Y advierte el error de forjar una tendencia, y autoexcluirse del partido peronista. Plantea que el “Movimiento Montonero como superación lógica del Movimiento Peronista es un intento por imponer a la dinámica de la realidad los esquemas propios sin sustento real”. Entonces, hay una teoría para el escritor que se aparta de lo real. Esa “superación” que percibían los Montoneros contra el Peronismo era teórica. Y lo expresa aún con más claridad:
“En la práctica sucede que nuestra teoría ha galopado kilómetros delante de la realidad. Cuando eso ocurre, la vanguardia corre el riesgo de convertirse en patrulla perdida”. Esto de la vanguardia es un gran tema de la izquierda de los 70. Los Montoneros erigidos en vanguardia se están alejando de las masas*, eso es lo que observa Walsh. El mismo análisis realiza el filósofo que participó de la izquierda peronista, José Pablo Feinmann: “Quedan los montoneros. Con su iluminismo, su vanguardismo, sus desvaríos militaristas, su desdén por la vida y por las masas”. Entonces el problema es que Montoneros se posiciona por encima del partido Peronista, y además queda desguarnecido sin la cobertura de las masas. ¿Sólo con sus armas y la voluntad de cambiar la historia, Montoneros derrotaría al implacable Ejército Argentino?.En las acciones armadas, no estaba el pueblo, como el montonerismo entendía. Y esto era peligroso, porque las bases terminarán siendo víctimas de una violencia atroz, inhumana.
3. Camino a la derrota.
Miren si la cúpula Montonera hubiese reflexionado sobre estas palabras: “(Montoneros ha sufrido en 1976 una derrota militar que amenaza convertirse en exterminio”. Escribe el autor de Operación Masacre en enero de 1977. La derrota del año anterior no es una más dentro de la guerra planteada, era letal, e iba camino a lo que sería; un genocidio para la izquierda peronista. Y atención, porque se propone una salida alternativa ante el asedio, y la muerte que se estaba viviendo: “La paz es posible en 48 horas”, dice Walsh, y agrega, que debe “proponer una salida democrática, con el objeto de responsabilizar ante los ojos del mundo a la junta militar por la continuidad de la guerra”.
El escritor propone-tal vez ya era tarde- pacificar para no pagar tan cara la derrota, para no soportar más muertes, y la propuesta democrática dejaría expuesta ante el mundo a la dictadura cívico-militar. Y con lamento, y sin saberlo esgrime el final, deben frenarse las acciones armadas, la continuidad de la guerra, para que “el enemigo pueda convertir el triunfo militar en victoria política integral”.
Eso fue lo sucedido, mediante el terror clandestino desde el Estado, se instaló un modelo político y económico. La virtud de Rodolfo Walsh es criticar a su propio espacio, en aquel momento, entre 1976 y 1977. El accionar de Montoneros, la organización militante que en la toma de las armas pagaría un precio muy alto, frente a la siniestra represión que existía pero se profundizaría tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
NOTAS, Y FUENTES CONSULTADAS:
*Una crítica que surge a la cúpula de Montoneros es que dejó a sus bases en soledad, y sin recursos para escaparse de la represión. En sus escritos Walsh exige con emergencia que se liberen los fondos del partido. Así preservar a las “fuerzas populares de Montoneros”. esto no ocurrió bajo conducción de Mario Firmenich-Roberto Perdía y Fernando Vaca Narvaja.
-Feinmann, J. P. La Sangre Derramada. Ensayo sobre la violencia política.Ed. Planeta. Bs. As. 2006.
-Larraquy, M.-Caballero R. Galimberti. De Perón a Susana. De Montoneros a la CÍA. Ed. Aguilar. Bs. As. 2010.
-Walsh, R. Ese Hombre y Otros Papeles Personales. Ed. De La Flor. Bs. As.2007.