GUERRA DE MALVINAS: UNA HISTORIA DE VALENTÍA y ABANDONO.
LA DICTADURA Y MALVINAS.
A 39 años es necesario recordar el intento de recuperación de Malvinas. Los soldados pelearon contra más de un enemigo, incluso el propio ejército argentino. Memoria y reconocimiento para nuestro héroes.

“Me acuerdo que cuando abrí la ventanilla me lo encontré a mi padre de frente y él me preguntó: ‘¿No sabés si viene Roberto Arroyo?’ ¡Me preguntó a mí! Y le dije: ‘Soy yo, viejo’. (Testimonio del soldado sanjuanino Arroyo).
Operativo Retorno
Mientras las bombas caen contra nuestros corajudos pibes correntinos, santiagueños, de La Pampa y el Chaco, Rodolfo Fogwill escribe su novela Los Pichiciegos, el contrarrelato de la guerra de Malvinas.* La gesta es justa y soberana, aunque las balas silban cerca del casco de un soldado hambreado, y sin botas térmicas. Sin dudas parte de las fuerzas armadas y nuestro jóvenes soldados son héroes. Lejos de la postura desmalvinizadora, nos interesa en estas líneas, abordar ciertas preguntas, ¿Qué sucedió después del 14 de Junio de 1982?. ¿Cómo fue el retorno de los soldados a suelo argentino?. Brevemente, conocer que ocurrió con Malvinas en las primeras décadas democráticas.
Un marino inglés les dijo a prisioneros argentinos, «los voy a llevar al buque que supuestamente ustedes hundieron». Como si fuese una broma de mal gusto que gesta el destino, 4000 soldados fueron traídos de regreso en el buque inglés Canberra. Embarcación, que en los diarios argentinos figuraba, como averiado por un certero ataque, que jamás recibió.
Relatos del Sur. Un cruce de voces Argentinas
El regreso de los soldados tuvo el perfil deshumanizador y alienante propio de las tres armas, que tomaron el control del país desde 24 de marzo de 1976. Nuestros héroes llegaban «escondidos» a Campo de Mayo, la Escuela Lemos, o la ciudad de La Plata. Allí eran alimentados y recibían tratamientos médicos durante una semana o diez días. Muchos querían regresar a casa, pero no los dejaban, y les prohibían llamar por teléfono. El operativo consistía en ocultar en que condiciones se encontraban los jóvenes soldados, que habían defendido la patria. Si bien la guerra tiene características excepcionales, existió un abandono del Ejército a su propia fuerza.
A pesar de las donaciones, el programa conducido por Pinky y Jorge «cacho» Fontana, el 8 y 9 de mayo de 1982 denominado 24 horas por Malvinas, los soldados pasaron hambre extremo. Para ser claro el decreto 759, creó el Fondo Patriótico de Malvinas Argentinas. Fue la mayor colecta de la historia del país, sin embargo nuestros héroes, nunca recibieron sus beneficios. En las escuelas estatales, familias, alumnos, docentes juntaban cigarrillos, chocolates, ropa, y escribían cartas. Más tarde, supimos que ni las cartas, ni la comida, ni la ropa llegaron a las islas.

Luego del acuerdo final de rendición entre Argentina y el Reino Unido, firmado por Luciano Benjamín Menéndez y Jeremy Moore, nuestros héroes regresaron al país. En San Juan, por tomar un caso, los soldados llegaron en tren y, los días anteriores ni se anunció su arribo. Padres, madres y familiares se enteraron por rumores, unas 48 horas antes. Sin difusión oficial, el tren llegó la fría mañana del 17 de Julio de 1982. Sucedió que, los parientes no reconocían a los soldados, por lo flaco y desmejorados que en su mayoría estaban.
El ocultamiento de la llegada de los combatientes fue adrede, la intención que no se conociera, «no se hablara demasiado» de las condiciones de hambre y de maltrato de superiores (en muchos casos) a los soldados en las islas, (Informe Rattenbach-ver en el final del artículo, en Notas). Un documento del 8 de Junio de 1982, –antes del día 14, de firmar la rendición-, establecía realizar actividades de contrainteligencia y acción psicológica a los soldados que llegaban al país también a su familia, e inclusive a periodistas. Esto fue oficial, firmado por Ramón Ojeda, Teniente Primero y Jefe de la sección de Inteligencia.* *
En segundo lugar, los militares buscaban impunidad, abandonar el poder ejecutivo, «silbando bajo» sin ser juzgados por los crímenes de lesa humanidad. A cambio realizar la apertura democrática llamando a elecciones. Entonces, aconteció una verdadera orden de silencio, por parte de la cúpula militar apenas los «pibes de la guerra» pisaron suelo argentino.
Tal vez, una manera de achicar la enorme deuda política y social, de los primeros años, tras el fin del conflicto.
Notas:
*Los Pichiciegos: Novela publicada en 1983, por el escritor argentino Rodolfo Fogwill. Un grupo de soldados desertan, y se meten en una especie de cueva a comentar la guerra. Trata con crudeza y sarcasmo, el conflicto, como aventura de la Junta de Comandantes, además marca la incompetencia y la improvisación de los militares.
**Las maniobras de contrainteligencia figuran en la Desclasificación de Archivos de la guerra de Malvinas, que se hicieron públicos a través del Estado. Siendo divulgados por distintos medios gráficos y digitales, entre ellos Tiempo Argentino e Infonews. En 2012 también adquirió carácter público el Informe Rattenbach. Una informe final de responsabilidades del Ejército en las islas. Tristemente algunos superiores violaron los derechos humanos de sus propios dirigidos, sometiéndolos a vejámenes.